miércoles, 19 de diciembre de 2007

hay que soñar, Léolo... hay que soñar

"...Recuerdo que no me asusté y que soñé con la hermosura del tesoro... a lo mejor porque ya estaba muerto..."

porque sueño... no lo estoy

"No intento recordar las cosas que ocurren en los libros, lo único que le pido a un libro es que me inspire energía y valor, que me diga que hay más vida de la que puedo abarcar, que me recuerde la urgencia de actuar..."

...que me recuerde la urgencia de actuar Definitivamente soy incapaz de explicar con palabras el impacto que esta película causó en mi, con qué violencia me sacudió, y se adentró hurgando y removiendo las entrañas de mi ser; y en cada reencuentro, revivo esta brutal experiencia; ahonda más y más profundo y vuelve con mayor intensidad si cabe, el hechizo, la fascinación de su belleza hipnótica, trágica, tierna, aterradora, divertida, angustiosa, salvaje, poética.., y dolorosa; pues en compañía de Léolo me he sumergido en ese abismo tenebroso donde habitan mis miedos más ocultos

"...bastaba con que me pusiera a leer o escribir para que Bianca viniera a cantar para mi. El domador tenía razón, había un secreto en las palabras engarzadas.."

porque reconozco esa angustia, porque siento la necesidad de escapar, de evadirme, porque ese miedo vive aferrado en mi interior y sonríe consciente de su poder

"...ese día entendí que el miedo habitaba en lo más profundo de nosotros mismos, y que una montaña de músculos o un millar de soldados no podrían hacer nada"

..no podrán hacer nada; porque es una lucha perdida, un inútil y desesperado intento de huir, del que estoy agotado. La sangre infectada de desesperanza y melancolía ha matado el último aliento de vida. Nadie va a escuchar mi llamada, no volveré a ver la luz.. ya solo resta sucumbir a lo inevitable, y terminar engullido.. por mis miedos

Porque sueño... no lo estoy
Porque sueño, sueño..



A ti, la dama
la audaz melancolía
que con grito solitario hiendes mis carnes ofreciéndolas al tedio.
Tú, que atormentas mis noches
cuando no sé que camino de mi vida tomar
te he pagado cien veces mi deuda.
De las brasas del ensueño
solo me quedan las cenizas de una sombra de la mentira
que tú misma me habías obligado a oír.
Y la blanca plenitud
no era como el viejo interludio.
Y sí una morena de finos tobillos
que me clavó la pena
de un pecho punzante en el que creí.
Y que no me dejó más que el remordimiento de haber visto
nacer la luz sobre mi soledad.






Porque sueño yo no lo estoy
porque sueño.. sueño
porque me abandono por las noches a mis sueños
antes de que me deje el día.

Porque no amo
porque me asusta amar

ya no sueño
ya no sueño..




"E iré a descansar con la cabeza entre dos palabras en el valle de los avasallados"


"Léolo" Jean Claude Lauzon
"L'avalée des avalés" Réjean Ducharme

2 comentarios:

Mar dijo...

No deje de soñar nunca, pues tus sueños son alimento de muchos: bellos sueños.

Siempre.

domaverso dijo...

No olvidéis que los sueños de Lauzon materializados en Léolo se inspiraron en la obra de Ducharme que acaba de ser traducida por Miguel Rei para Ediciones Doctor Domaverso bajo el titulo El valle de los avasallados.