ser o parecer, esa es la cuestión

¿Parece, señora? No, es. En mí no hay "parecer".

No es mi capa negra, buena madre,

ni mi constante luto riguroso,

ni suspiros de un aliento entrecortado,

no, ni ríos que manan de los ojos,

ni expresión decaída de la cara,

con todos los modos, formas y muestras de dolor,

lo que puede retratarme; todo eso es "parecer",

pues son gestos que se pueden simular.

Lo que yo llevo dentro no se expresa;

lo demás es ropaje de la pena.

Ser o parecer, esa es la cuestión. Se levanta el telón, la farsa ha comenzado. En un mundo podrido y desquiciado, un inmenso escenario, poblado de personajes interpretados; ser es aparentar, interpretar, y la palabra y el honor han sido desterrados; finge, engaña, calumnia y serás aclamado. Pero.. Ay de ti, si te muestras comedido, sencillo y honrado, entonces.. serás simple, idiota, objeto de burlas y humillado

Permanentemente, observados, examinados, no olvides la consigna: seguir representando

Hamlet: No entiendo bien eso. ¿Quieres tocar esta flauta?

Guildenstern: Señor, no sé.

Hamlet: Te lo ruego.

Guildenstern: Creedme, no sé.

Hamlet: Te lo suplico.

Guildenstern: Señor, no sé tocarla.

Hamlet: Tan fácil es como mentir. Tapa estos agujeros con los dedos y el pulgar, dale aliento con la boca y emitirá una música muy elocuente. Mira, estos son los agujeros.

Guildenstern: Pero no sabré sacarles ninguna melodía. Me falta el arte.

Hamlet: Vaya, mira en qué poco me tienes. Quieres hacerme sonar, parece que conoces mis registros, quieres arrancarme el corazón de mi secreto, quieres tantearme en toda la extensión de mi voz; y, habiendo tanta música y tan buen sonido en este corto instrumento, no sabes hacerle hablar.

Cuántas veces te has sentido utilizado, manipulado, traicionado.. un instrumento en sus manos. Rechazo y lucho por mantener alejado de mi toda esa falsedad, artificio y engaño; y, si alguna vez recurro a ellos, que el espejo refleje en mi rostro la miseria de mis actos, del que no existe maquillaje para enmascararlos


"...La conciencia nos vuelve unos cobardes,

el color natural de nuestro ánimo

se mustia con el pálido matiz del pensamiento,

y empresas de gran peso y entidad

por tal motivo se desvían de su curso

y ya no son acción. Pero, alto:

la bella Ofelia. Hermosa, en tus plegarias

recuerda mis pecados."

Y de esta forma los propósitos, las promesas, con qué facilidad son olvidados; cuanto mayor es su fulgor y su brillo, antes se terminan apagando. Si, cobarde y miserable, a mí mismo me he traicionado. Concédeme el valor y la determinación, que permita a mi corazón guiar mis pensamientos, que mi boca sea fiel al pronunciarlos y, que mis manos los transformen en actos.

Las dudas y el miedo continuarán acechando, atenazando la voluntad y el ánimo; por eso no bajaré la guardia, recuerda que estamos.. en permanente cambio

"¿Qué es el hombre, si el mayor disfrute de su tiempo es comer y dormir? ¡Una bestia, no más! Es seguro que quién nos concedió el juicio, abarcando pasado y futuro, no nos dio este preciado don, para que muera en nosotros por falta de uso. Sea por bestial olvido, o por temeroso escrúpulo, que medito con detalle los secesos, -de cuatro partes, sólo una prudencia, y tres cobardía-, que no sé, por qué vivo para decir "esto ha de hacerse", cuando tengo motivos, voluntad, poder, y medios, para hacerlo..."

..El resto es silencio

(intro)